Esta (casi) última fase sí que está siendo todo un reto. Con el pulso tan malo que tengo he decidido contornear las figuras a pincel (y óleo, por supuesto).
Como en otras ocasiones pensaba haber usado rotulador negro indeleble, el Edding 3000 de toda la vida, pero puestos a superar retos, mejor a pincel. Además de controlar el pulso, también debo tomármelo con más paciencia, cargar el pincel con la cantidad y densidad justas, buscar buen apoyo para la mano, acercarme y alejarme cada dos por tres para ver el efecto, incluso improvisar grosores.
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